Etimológicamente podría definirse con base en su composición como: “después del conocimiento”, partiendo del prefijo griego “Meta“. Algunos simplifican su definición como “conocimiento del conocimiento”, “aprender a aprender” o “Aprender a pensar”.
“La metacognición es importante para el aprendizaje porque se parece bastante a la conversación: significa pensar sobre el propio pensamiento. Te permite hacer explícitas o conscientes fases del razonamiento que en general pasan a toda velocidad en el inconsciente”
Mariano Sigman
El concepto de metacognición se refiere a la capacidad de las personas para reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y la forma en que aprenden. Gracias a la metacognición, las personas pueden conocer y regular los propios procesos mentales básicos.
Esta capacidad, que se encuentra en un orden superior del pensamiento, se caracteriza por un alto nivel de conciencia y de control voluntario.
El conocimiento sobre la propia cognición implica que un individuo es capaz de tomar conciencia del funcionamiento de su manera de aprender y comprender por qué los resultados de una actividad han sido positivos o negativos
Se distinguen dos aspectos centrales:
El conocimiento declarativo, permite que las personas sepan qué procesos cognitivos usan (es decir, un conocimiento sobre las personas); por qué una tarea es relativamente más compleja que otra, y qué estrategias son más apropiadas para resolverlas (conocimiento sobre las tareas); el conjunto de estrategias que cada uno puede usar (conocimiento sobre las personas).
El conocimiento procedimental, es decir, la capacidad de la persona para controlar sus procesos cognitivos. Implica planificar qué se va a aprender, controlar el transcurso del aprendizaje y evaluar.
La conciencia metacognitiva es la capacidad de pensar sobre el propio pensamiento, de conocer los propios conocimientos, de ser consciente de la propia consciencia.
Esta habilidad nos permite aprender a aprender, reflexionar sobre nuestro aprendizaje, detectar y corregir nuestros errores, y transferir nuestros conocimientos a otras situaciones
La metacognición y la conciencia son fundamentales para el desarrollo cognitivo, emocional y social de las personas, ya que, nos permiten tener un mayor control sobre nuestra mente, aprender de forma más eficaz y creativa, y adaptarnos mejor a los cambios y desafíos del mundo actual.